Cuando pensamos en nuestros colegas periodistas muchas veces nos da pena. Lo que nos molesta y pone mal es que se los utilice para un beneficio económico. También y ,no vamos a negarlo, hay otros tantos colegas que dan pena y no tienen atrás ningún jefe con el discurso que tiene que decir ¿A qué viene todo esto preguntarán? Bueno, esto es porque en las últimas dos semanas el tema más trabajado por los medios de comunicación fue los departamentos que tiene el juez de la corte suprema de justicia Eugenio Zaffaroni, en los que están funcionando prostíbulos. Ante la denuncia el juez dijo no estar al tanto de que se hacía en sus departamentos. Además indicó que él no los manejaba y que algunas de sus propiedades ni las conocía.
Con esta noticia, los que fuimos endiosando al juez por su visión de progreso y su profesionalismo nos sentimos muy afectados al trato que tuvieron algunos medios de comunicación sobre este tema. Sin duda, no se puede condenar sin que se compruebe su culpabilidad, sin embargo no faltaron aquellos que se montaron en la denuncia que recibió Zaffaroni por parte de la Alameda y empezaron a decir barbaridades. Es el caso de Ricardo Alfonsín, que una vez más haciendo papelones, pidió la renuncia del juez, aclarando que “aun sin ser culpable” debía renunciar. Y si esto les parece bochornoso ni lo escuchen cuando vuelve a hablar a las cámaras y explica que él no había dicho que renuncie.
Y este hombre, Alfonsín, que hace y deshace sus discursos como le da gana se candidatea a presidente. Pero no fue sólo él el que trató de ensuciar al juez, Lilita Carrio, que hace bastante que no mantiene un discurso acertado y coherente, expuso que la vida privada de Zaffaroni dejaba mucho que desear. Nuestra pregunta es ¿En qué se basa su discurso?¿Es posible que salgan a decir cualquier barbaridad? Sí, por lo visto se puede. Y algunos periodistas como Eduardo Feiman aprovecharon para tirar sus dudas con respecto al juez y a decir que de seguro era sabía que en sus departamentos funcionaban prostíbulos. El diario La Nación, también realizó un acto aberrante, publicó una reunión entre el gobierno nacional y Zaffaroni que nunca existió ¡Basta muchachos, uno se cansa del jueguito mediático! Se cansa y se indigna, porque estas declaraciones están formando gente desde argumentaciones nulas o falsas. Por suerte y no es menos, muchas otras personas defendieron al juez e implantaron otra visión al panorama sucio que se estaba formando.
No se puede juzgar al juez Zaffaroni como a un desconocido. Aclaro: cuando digo juzgar me refiero a una respuesta moral ante sus actos, con lo que respecta a lo legal ya lo dirá la justicia. Es importante entonces reconocer quien es Zaffaroni. Estamos hablando de una de las personalidades con más prestigio en lo que respecta la justicia, lleva años de trayectoria que no pueden ser aplastados en dos semanas por una situación por la que no se sabe si realmente es culpable. Es, sin duda, uno lo de los jueces más progresistas que hubo en estos últimos tiempos. Zaffaroni es un intelectual de renombre que luchó siempre por encontrar políticas inclusivas. Trabajó y sigue trabajando por combatir el crimen desde sus raíces. Pero también fue uno de los que se encargó de luchar porque se haga justicia por los crímenes cometidos en la última dictadura cívico militar. Su pasado pesa, para bien y es por esto que el tema debe ser tratado con sumo profesionalismo.
Melody San Luis
No hay comentarios:
Publicar un comentario